¿Son mejores los cepillos eléctricos que los manuales?
Cuando se tiene una buena técnica, con los cepillos manuales se puede conseguir una adecuada eliminación de la placa. Actualmente, los cepillos eléctricos ofrecen garantías suficientes de uso y eficacia como para que los recomendemos a cualquier persona y muy especialmente en aquellas con una manualidad reducida, como ancianos, enfermos, discapacitados, etc. Otro tipo de pacientes que pueden beneficiarse del cepillo eléctrico son aquellos que tienen poco tiempo, que son más perezosos o irregulares o no tienen paciencia suficiente para su cuidado bucodental diario.
¿Las limpiezas de boca desgastan los dientes?
No, en absoluto. Los aparatos de ultrasonidos que se utilizan están diseñados para que no desgasten los tejidos duros del diente. El higienista es un profesional entrenado en su uso y aplica la fuerza ultrasónica sobre los depósitos de sarro fuertemente adheridos para desprenderlos. Luego utiliza copas de goma con pastas de pulido para eliminar tinciones y dejar la superficie lisa de nuevo. No se maneja en ningún momento abrasivos ni ácidos que pudieran ser lesivos para el esmalte. Así pues, los dientes podrían ser limpiados por el profesional 3 ó 4 veces al año sin sufrir lo más mínimo.
¿Qué consecuencias tiene la costumbre de apretar los dientes?
Cuando los dientes no están perfectamente alineados, la función masticatoria supone un choque anómalo entre ellos con el resultado del desgaste progresivo con los años. En algunas personas con hábitos de apretamiento o rechinamiento de los dientes (bruxismo), este desgaste es excesivo con el resultado de un aspecto antiestético.
Una vez desgastado el esmalte, ya jamás se va a recuperar y exige el recubrimiento con coronas de porcelana para rehabilitar el tamaño y aspecto originales. Por tanto es muy importante prevenir el desgaste o detectarlo en cuanto se vean sus primeros signos.
La costumbre de apretar los dientes puede ser consecuencia del stress o tensión de la vida moderna y también como hemos dicho estar relacionado con alteraciones en la posición de los dientes.
Aunque se puede dar a lo largo de todo el día, lo más frecuente es que ocurra durante la noche, de modo inconsciente.
Las consecuencias son un mayor desgaste dentario, molestias en la musculatura de la mandíbula y cuello, y dolores de cabeza. La mayor presión a que se ve sometida la articulación de la mandíbula hace que puedan producirse alteraciones en la misma, con manifestaciones como crujidos, dolor e incluso bloqueos que impidan cerrar la boca en un momento dado.
Para evitar estos problemas estará indicado dormir con una férula o placa de descarga, que es un aparato a medida que se coloca en los dientes, separando un poco los superiores de los inferiores, de modo que impide que se aprieten unos contra otros protegiendo dientes, articulaciones y músculos en los pacientes con bruxismo.
¿Cómo puedo estar seguro de no tener mal aliento?
La halitosis es un problema subjetivo y el paciente sólo suele detectar su mal olor bucal cuando es percibido por otra persona, principalmente su pareja. Por ello no es raro que se presente en forma de fobia en algunas personas. El mal aliento se debe en un 90 % de los casos a la boca y está en relación con las bacterias de la placa, que descomponen los restos de alimentos produciendo compuestos químicos volátiles responsables del mal olor. Por lo tanto, su solución se basa en la limpieza y eliminación de las bacterias, lo que resulta a veces bastante difícil, pero no imposible, en los enfermos periodontales. La principal zona donde residen los nichos bacterianos responsables de la halitosis de origen oral es en el dorso de la lengua. Una vez que la higiene es perfecta, podemos prescribirle varios productos químicos, en dentífricos y colutorios, que ayudan a controlar el mal olor.
¿Cómo debo cuidar la salud dental de mis hijos?
Una buena higiene oral infantil es fundamental para el desarrollo saludable de los niños y son los padres son los que desempeñan un papel fundamental en ello.
Desde la salida de los primeros dientes hasta los tres años los padres deben cepillar los dientes de los niños para asentar la rutina, que ha de ser diaria y amena.
A partir de los tres años se ha de animar al niño a cepillarse solo, bajo la supervisión de los padres.
El cepillo debe ser adaptado a la edad del niño, con cabezal pequeño y filamentos suaves. Se debe usar pasta con fluor en cantidad y tamaño de un guisante y enseñarle a enjuagarse los restos de pasta que hayan quedado.
La primera visita del niño al odontólogo debería ser cuando ya tenga toda su dentición de leche, sobre los dos años y medio o tres años.
¿Cuántas veces debo cepillarme los dientes al día?
Los dientes tienen que ser cepillados después de cada comida. Es muy importante el cepillado de la cena.
«Nunca acostarse sin realizar un buen cepillado»